¿Desde hace cuánto tiempo se dirá, a modo de chiste, que los abogados y los plátanos se parecen en que no hay uno derecho? ¿Por qué en México, a pesar de que se abre una nueva escuela de Derecho cada semana —¡hay más facultades de Derecho en Puebla que en todo Canadá!—, no vivimos en una cultura de la legalidad? ¿Por qué parece que es necesario disfrazarse para ejercer la profesión o hablar en un idioma tan extraño que tiene su propio nombre: el abogañol?
Abogado, maestro en derechos humanos y doctor en Filosofía del Derecho. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, actualmente se desempeña como investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unam e imparte clases de Teoría de la argumentación jurídica en la Facultad de Derecho de esa misma institución y de Derecho constitucional en El Colegio de México. Es colaborador de W Radio México y editorialista habitual de periódicos como Reforma, The Washington Post y El Universal. Es coautor, junto con Rafael Buzón, del libro La escuela de Alicante de Filosofía del Derecho. Argumentación jurídica y postpositivismo (2022).